"El problema es que muchos vienen con ilusión, pero cuando llegan a Cartagena, se dan cuenta de que no es lo que creían."
«Posee una prosa lúbrica, insolente, impecable, que te desordena la piel y reconstruye de forma admirable el imaginario erótico de todo pueblo latinoamericano».
«Logra poner el sexo en palabras tal como es: animal, transgresor y apasionado. Sin tapujos ni moralismos. Sus relatos generan un deleite cercano al orgasmo».
«Campos desnuda su propia escritura y la despoja de artificios. Ese es su arte: lograr que la irreverencia sea una forma de naturalidad».
«¿Qué es entonces Sexo en mi pueblo? Buena literatura. Erótica, sí, pero también romántica, utópica y evocadora de un espacio tanto físico como mental».
«Da nostalgia. Da ternura. Da miedo. Y da queso».
«Sexo en mi pueblo nos recuerda que se tiende a perder la costumbre de vernos a nosotros mismos cuando disolvemos el último gramo de cordura, dispuestos a abalanzarnos y coger. Los personajes de estos cuentos salen (o entran) a buscar oro. Y oro encuentran».