Nos reunimos esta noche para presentar y empezar a celebrar el libro Gancho al hígado, de Leo Felipe Campos. Un libro provocador y delicioso, ingenioso y certero.
Celebro, en primer lugar, su tono risueño, y además agradezco su naturalidad. Leo Felipe es pariente de los rapsodas. En su prosa hay soltura, desenfado y cadencia musical.
También, desde luego, humor Caribe.
En «Después de la cuarta salsa hay sexo» noto a un prosista tan ágil como perspicaz. Eso se percibe, por ejemplo, en la pericia con la que cambia el punto de vista e introduce un giro sorpresivo. Se le siente la influencia del cine en el sentido del montaje en las historias.
Leo nos muestra vidas duras, nos habla de gente algo desencantada e incluso rota: seres que suelen transitar por situaciones extremas y merodear por los bordes del precipicio. Sus personajes y sus tramas nos dicen mucho acerca de la condición humana.
Es un narrador con una gran malicia literaria, burlón, un tipo que nunca le hace concesiones al facilismo ni a la corrección política. Le gusta encontrar el lado cómico —y hasta ridículo— de sus criaturas, y convertir ese ejercicio en un pretexto para que nosotros, los lectores, sintamos que podríamos estar ante un espejo.
Aunque el cuento que le da título al libro tenga como protagonista a una mujer boxeadora, todos las criaturas de estas historias están librando un combate que a menudo parece el último, un combate de vida o muerte. La muchacha que vive en la pocilga y se reencuentra con su viejo novio, o los amigos que se van volviendo amantes casi sin darse cuenta alrededor de una pista de baile o los amigos de espíritu donjuanesco que en una aventura se topan inesperadamente con travestis, o el cantante herido por el tiempo, nos van haciendo introducir en una trama donde lo mismo podemos reír que asombrarnos.
Este es el libro de un estupendo narrador que es, también, un gran lector, un autor al que se le van colando en sus páginas las páginas de los autores que ha amado.
Saludo con entusiasmo este libro que, como diría Borges, se puede acomodar sin riesgos en la mesa de noche de cualquier lector.
Lectura realizada por el cronista colombiano Alberto Salcedo Ramos durante el lanzamiento oficial de Gancho al hígado, en la Librería Lerner de Bogotá.