París, 1924: escenario y época no son casuales. Máximo Huerta es un amante de esa ciudad y los años 20 representan bohemia, dolor y un amor profundo. Amor de telas, pinturas y sueños. Amor de madre, de hija, de amiga, de pareja.
Alice Humbert es modista, tiene una tienda y también el alma desgarrada. Erno la ha dejado para cruzar el Atlántico. La ciudad se prepara para albergar los Juegos Olímpicos y todo bulle: la culminación de la basílica del Sagrado Corazón, los movimientos artísticos, el anarquismo. Los diseños de Alice cobran fama y conoce a un nuevo hombre. La vida mejora, pero el pasado regresa con secretos y el presente da un vuelco inesperado. Menos mal que Alice cuenta con la gran Kiki de Montparnasse. De ella nace esta frase: «Las cosas del corazón se reducen a dos simples posibilidades: se ama o no».